2023-06-09

Una nueva agenda para la salud mental en las Américas: Informe de la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 de la Organización Panamericana de la Salud. Resumen ejecutivo

Organización Panamericana de la Salud


Descargar PDF


Resumen ejecutivo

Panorama
Los efectos de la pandemia de COVID-19 en la Región de las Américas van mucho más allá de los casi 3 millones de vidas perdidas a causa de esta enfermedad. Las economías de la Región han quedado devastadas, lo que ha llevado al aumento del desempleo, la pobreza y la desigualdad, y la salud, la educación y los servicios sociales se han visto gravemente afectados. En estas circunstancias han proliferado los problemas de salud mental, mientras que los servicios han tenido dificultades para atender las demandas nuevas, urgentes y cada vez mayores.

Antes de la pandemia, la mala salud mental, las limitaciones estructurales, los obstáculos para el acceso a los servicios de salud mental y bienestar de buena calidad, y la falta de fondos ya eran factores importantes que contribuían cada vez más a la mala salud general en la Región de las Américas, la única región de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde las tasas de suicidio han ido aumentando. En el 2020, la mediana del financiamiento público para la salud mental como proporción del gasto total en salud fue de solo el 3%, y casi la mitad de estos fondos se asignaron a hospitales psiquiátricos, que pueden estar vinculados a resultados deficientes del tratamiento y a violaciones de los derechos humanos, especialmente en relación con la internación prolongada. Debido a la falta de priorización de la salud mental y la falta de inversiones en esta esfera a lo largo de la historia, los sistemas de salud mental son débiles, y la cobertura y la calidad de los servicios son deficientes. Las necesidades de atención de la mayoría de las personas de la Región que tienen trastornos mentales o por consumo de sustancias psicoactivas han permanecido insatisfechas, especialmente en el caso de las personas en situación de vulnerabilidad, incluidas las poblaciones históricamente discriminadas, como las comunidades indígenas y afrodescendientes.

Los problemas de salud mental han proliferado, mientras que los servicios han tenido dificultades para atender las demandas nuevas, urgentes y cada vez mayores.

La pandemia ha llevado a una intensificación del discurso sobre la salud mental, ha puesto de relieve el alcance de la crisis y ha conducido a un nuevo escrutinio de las fallas sistémicas de los servicios de salud mental. Los gobiernos de la Región están bajo presión para tomar decisiones de política acertadas con el fin de fortalecer la salud mental como parte de la agenda más amplia de recuperación pospandémica.

Reconociendo que los responsables de las políticas necesitaban una orientación clara sobre las prioridades inmediatas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) conformó la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19. La Comisión, encabezada por la Excelentísima Señora Epsy Campbell Barr, ex-Vicepresidenta de Costa Rica, y el Embajador Nestor Mendez, Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos, tiene 17 miembros de toda la Región de las Américas que representan a gobiernos, organizaciones de salud, el sector académico, la sociedad civil y personas con experiencia propia. El año pasado, la Comisión trabajó para analizar los efectos de la pandemia y soluciones innovadoras basadas en buenas prácticas en el contexto de la situación de la salud mental antes de la pandemia. Los comisionados señalaron algunas esferas prioritarias de la salud mental para la Región y consultaron a las principales partes interesadas y a expertos a fin de formular recomendaciones apropiadas.

El resultado de su evaluación es Una nueva agenda para la salud mental en las Américas (NASMA).

Una nueva agenda para la salud mental en las Américas

La NASMA es un conjunto de políticas y estrategias prioritarias de salud mental formuladas de manera tal que puedan incorporarse en las estrategias de recuperación pospandémica de los países. Se basa explícitamente en los principios subyacentes y transversales de la cobertura universal de salud, los derechos humanos, la equidad, la no discriminación, el empoderamiento de las personas con problemas de salud mental y sus familias, y el aprovechamiento de los beneficios de la acción multisectorial, que permite que los diferentes sectores y actores pongan en común recursos financieros, conocimientos y habilidades.

Por lo tanto, la finalidad de la NASMA es promover la agenda nacional social y de desarrollo de las autoridades de alto nivel (los jefes de Estado y de gobierno) en la Región de las Américas. Además, servirá como herramienta operativa y de orientación para los jefes de dependencias gubernamentales del sector de la salud, la educación, la economía, el bienestar social, el desarrollo, la justicia, el trabajo y empleo, así como para los legisladores locales y los responsables de las políticas en todos los niveles del gobierno.

Si bien la NASMA se centra en la acción a corto plazo, concuerda con los objetivos mundiales y regionales actuales en materia de salud mental y desarrollo, así como con el Plan de acción integral sobre salud mental 2013-2030, de la OMS; la Política para mejorar la salud mental, de la OPS; y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Presenta un marco basado en la evidencia y la experiencia que se puede adaptar a la situación local y usarse al mismo tiempo para abordar las barreras y los desafíos. Con esta adaptación contextual, todos los países, independientemente de sus limitaciones de recursos, pueden poner en práctica esta agenda a fin de mejorar la salud mental de la población.

En la NASMA se presentan diez recomendaciones y sus puntos de acción correspondientes, acompañados de ejemplos de casos de la Región de las Américas que ponen de relieve modelos eficaces para guiar la ejecución. Es importante señalar que las recomendaciones no pretenden ser exhaustivas; más bien, priorizan las áreas de acción que se consideran más urgentes para la Región. La agenda presenta enfoques basados en la evidencia para abordar la crisis generada por la pandemia de COVID-19 a corto plazo, al tiempo que sienta bases sólidas a largo plazo, a fin de lograr mejoras óptimas en la atención de salud mental en la Región de las Américas.

 

Recomendaciones

 

Miembros de la Comisión

La Comisión está integrada por 17 miembros de toda la Región de las Américas que representan a gobiernos, organizaciones de salud, el sector académico, la sociedad civil y personas con experiencia propia. La Comisión está presidida por la Excelentísima Señora Epsy Campbell Barr, ex-Vicepresidenta de Costa Rica, y copresidida por el Embajador Nestor Mendez, Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos.

 

Presidenta: Epsy Campbell Barr, ex-Vicepresidenta de Costa Rica

Copresidente: Nestor Mendez, Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos

Rubén Alvarado Muñoz, profesor titular del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Valparaíso, Chile

Mary Bartram, directora de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas de la Comisión de Salud Mental de Canadá

Paul Bolton, coordinador de Salud Mental y Apoyo Psicosocial de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional

Pamela Collins, directora del Consorcio para la Salud Mental Mundial de la Universidad de Washington, Estados Unidos

Paulina del Río, presidenta y cofundadora de la Fundación José Ignacio, Chile

Shirley J. Holloway, presidenta de la Junta Directiva de la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales, Estados Unidos

Katija Khan, presidenta de la Alianza Caribeña de Asociaciones Nacionales de Psicología, Trinidad y Tabago

María Elena Medina-Mora, directora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México

Ana Cristina Mendoza, psicóloga, Guatemala

Paulo Rossi Menezes, profesor de Medicina Preventiva, Universidad de São Paulo, Brasil

Carmen Montón Giménez, Observadora Permanente de España ante la Organización de los Estados Americanos

Alejandra Mora Mora, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, Organización de los Estados Americanos

Shekhar Saxena, profesor de la Práctica de Salud Mental Global, Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard, Estados Unidos

Juan Pablo Uribe, Director Mundial de Salud, Nutrición y Población y del Mecanismo Mundial de Financiamiento, Grupo del Banco Mundial

Sahar Vasquez, cofundadora de Mind Health Connect, Belice

Las necesidades de salud mental insatisfechas en la Región de las Américas son una de las principales causas de morbimortalidad, y tienen enormes consecuencias sociales, económicas y para la salud. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado la crisis de la salud mental en la Región, por lo que se necesita una acción urgente en los niveles más altos del gobierno y en todos los sectores con el propósito de reconstruir para mejorar los sistemas y servicios de salud mental ahora y en el futuro.

En este resumen se presentan algunos aspectos destacados del histórico informe elaborado por la Comisión de Alto Nivel de la OPS sobre Salud Mental y COVID-19. Además, se presenta un análisis de la situación de la salud mental en las Américas, seguido de una serie de recomendaciones y sus puntos de acción correspondientes, a fin de ayudar a los países a priorizar y promover la salud mental con enfoques basados en los derechos humanos y la equidad.